lunes, 12 de septiembre de 2011

Seguros de vida y familia.




Muchas personas comienzan a pensar sobre la necesidad de mantener la cobertura de seguro de vida una vez que sus hijos se hacen mayores de edad o salen de la casa de los padres para ir a trabajar o a la universidad, o cuando tienen los recursos para independizarse.

Generalmente, la duda surge porque sienten que ya sus dependientes no son tan “dependientes” de sus ingresos en caso de que ellos falten y muy posiblemente quieren reducir sus compromisos financieros. La duda es comprensible.

El seguro de vida se considera necesario cuando se tiene que sostener a la familia y por lo general esto significa cónyuge e hijos. No está de más revisar otras razones por las cuales puede necesitar conservar la cobertura cuando los hijos dejan de depender de los padres, ya que estos podrían no ser los únicos dependientes financieramente hablando.

Las familias vienen en todos los tamaños. No es raro ver varias generaciones bajo un mismo techo. En situaciones en las que el sostén del núcleo familiar es la segunda generación, no es raro que aunque los hijos ya estén fuera de casa, las responsabilidades económicas sigan intactas para quienes producen los ingresos de la familia y por tanto la necesidad de mantener un seguro de vida a su nombre.

El fruto de un seguro de vida pudiera ayudar a su familia a terminar “el trabajo” de financiar la universidad de sus hijos y evitar que estos abandonen sus estudios si se vieran en la necesidad de tomar el puesto de proveedores del hogar.

Un seguro de vida puede proveer de fondos necesarios para sustentar otros dependientes de la familia como serían abuelos o familiares discapacitados, además del cónyuge sobreviviente.

Disponer de los beneficios de un seguro de vida puede suplir de fondos necesarios para el cónyuge durante el período de retiro ya sea porque no necesita depender únicamente de los ingresos de jubilación del Seguro Social o porque complementa la pérdida de parte de estos como sucede con la muerte de uno de los esposos.

En ocasiones cuando el fallecimiento de la persona proveedora de los ingresos de la familia ocurre mientras esta está activa laboralmente, el cónyuge sobreviviente pudiera obtener una pensión de jubilación cuando adquiera la edad adecuada, pero dicha pensión pudiera ser mucho menor que si la persona se hubiera retirado antes de morir. Los beneficios de un seguro de vida pueden servir para compensar por pensiones reducidas.

Un uso muy útil de los beneficios de un seguro de vida es para enfrentar los gastos inevitables de funeral y entierro y gastos médicos finales, así como gastos de transferencia de bienes, administración o pagos de impuestos sobre herencias.

En el caso de una pareja retirada, los beneficios de un seguro de vida pueden suplir los ingresos que la pareja dejará de percibir por la muerte de uno de los cónyuges, que por lo general significa una reducción del 33% del monto de la pensión que entre los dos podrían recibir.

Por último, pero no por eso menos importante, en muchas familias mantener la cobertura de un seguro de vida puede significar la oportunidad de pasar un legado de una generación a otra.

Es posible que usted que ha trabajado tan arduamente por obtener los frutos que hoy posee, desee que sus hijos o sus nietos disfruten de esa suerte también y querrá que lo que usted no llegue a usar, sea para ellos.

Poner una porción de su herencia en la forma de un seguro de vida puede ser mucho más sencillo que dejar grandes cantidades de bienes, muebles o inmuebles, que para repartirlos necesitarán venderlos y su familia puede no llegar a disfrutar de lo que usted quiso dejarles de legado.

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